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Patrimonio Histórico



Iglesia de San Pedro Apóstol 

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, construida a finales del siglo XVIII, presenta una sencilla estructura, tanto interior como exterior, y también es manifiesta la sobriedad en el uso de materiales. Su fachada se articula en dos cuerpos, con mayor desarrollo en altura que en longitud, carece de ornamentación, y su puerta adintelada con arco curvo ligeramente escarzano queda enfatizada por una escalinata semicircular. A eje con la puerta, un ventanuco que repite el modelo en menores proporciones y, sobre él, un pequeño óculo. 

En el lado de la Epístola sobresale, naciendo del mismo cuerpo de la iglesia, una pequeña torre no exenta que es prismática en su primer cuerpo de campanas, aunque no en el segundo, de dimensiones más reducidas e incompleto en su parte posterior; los vanos para campanas se cubren con arcos de medio punto y la remata un pequeño frontón triangular.

La torre, además de cumplir la función de campanario, singulariza a la iglesia y subraya la mayor altura respecto al resto de las construcciones entre las que va encajada.


Antiguo Ayuntamiento 

Entre el caserío de Larva destaca el antiguo Ayuntamiento, ubicado en un altozano, con paredes encaladas, grandes vanos simétricos y verticalizados, adaptado al ligero desnivel de alturas de la calle, y que se distingue de la tipología de las casas que le rodean por un frontón prismático, de mayor altura, que acoge reloj y una pequeña campana, siguiendo el modelo de las casas consistoriales de la colonización ilustrada.


Casco urbano
Acaso lo más atractivo de Larva, cuyo nombre identifican sus vecinos con la traducción árabe de "mercado de los miércoles", sea su asentamiento en una suave ladera, entre las sierras del Pozo y Cabrilla, con una disposición caprichosa de sus calles, de ligeras pendientes, irregular anchura y viviendas uni o plurifamiliares de marcado carácter rural, con dos cuerpos, el segundo con antepechos de hierro en sus balcones, y cámara con pequeños vanos, cubiertas con teja árabe a dos o cuatro aguas.

El Castellón 

En el cerro del Castellón, de ahí su nombre, se conservan los restos de una fortaleza ciclópea íbera de entre los siglos II y I a.C. Se trata de un recinto amurallado, con una estructura cuadrangular y un aljibe en su interior, construido con sillares de caliza que alcanzan el metro y medio de longitud. 

En 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural.

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Ayuntamiento de Larva

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